lunes, 28 de noviembre de 2011

DEUDAS POR PAGAR ( parte 3)



Descendimos  de la  patrulla, la primera gota de lluvia cayó en mi frente  y se deslizo hasta el suelo como danzando, de un momento a otro se escucho el crujir de los cielos y cayó el aguacero. La entrada a mi edificio era como una fachada digna de edificio de Nueva York, un edificio de siete pisos, con colores apagados y las luces de las habitaciones sin vida. Mis colegas iniciaron la marcha y empecé a buscar las llaves, pero antes de que tocaran el cito fono abrió la puerta  una vecina, de la cual no recuerdo muchas cosas relevantes, solo que ella era la típica vecina que estaba todo el día pegada en la ventana y posiblemente intentando escuchar todo el día  a lo que pasaba. Mis compañeros no dudaron en ratificar la información y le consultaron número del departamento desde el cual era el posible llamado, sin dudarlo ella les contesto, dando a entender que era una testigo potencial.
La llamada provenía del quinto A, era el de mi vecino, pero en si la emergencia era del departamento B, mi domicilio, por esa razón intente apresurar la marcha por las escaleras, pero mis colegas que caminaban frente a mi me impedían así que se volvió  aun más lenta la subida hacia el destino.
Ya llegábamos al pasillo, el que se  encontraba totalmente oscuro y al final donde estaba la puerta B se encontraba mi vecino con su celular en la mano haciendo señas desesperadamente, por lo que apresuramos la marcha, al llegar antes de decir cualesquier palabra indico el paciente vecino que ingresaran al departamento, sin cuestionarlo ingresamos rápidamente,  la luz estaba apagada y una pena embargo mi cuerpo. Al encender la luz nos pudimos percatar que yacía decúbito abdominal un cuerpo  en el centro de la sala, el que tenía un arma en la mano… Un charco de sangre rodeaba la cabeza, el disparo había sido certero y se dejaba mostrar un poco de masa encefálica en el piso, de inmediato sentí que mi privacidad fue arrebatada por un suicida…
Uno de mis camaradas se paso la mano en la cara y exclamo la santidad del todo poderoso, el otro solo se inclino y tomo el pulso solo para corroborar la muerte. La tensión era demasiada, estaba ansioso por saber quién era el fiambre, tus ojos en mi espalda se hacían pesados de tanta tensión, todos queríamos saber tú, yo, mis colegas. Vamos démoslo vuelta dijo uno, al ver el rostro del sujeto recordé la pena que me embargaba al comienzo del trayecto hasta el operativo policial, me mire las manos traslucidas y el rostro mío desfigurado por la bala en la sien  recordé por que leías esto y recordé por que estaban tus ojos en mi espalda, esto era mi despedida...La que te debía…Solo quería decirte que ni tu ni yo estaremos en el momento de mi muerte….


3 comentarios:

  1. uuuffff que heavy!!!! es un final bastante doloroso y fuerte...

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  2. Lo prometido es deuda, acabo de leer esto me impresiono. ¡felicitaciones muy bueno!

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