Volví con mis amigos, y ellos de forma inmediata se acercaron y me consultaron casi al unisonó - ¡weón!, que onda-, Los mire y me causo tanta risa el hecho que se hayan coordinado de la nada para hacer la pregunta al mismo tiempo, mas la mezcla de nervios que empezaron a aflorar, les comente lo anterior, y ellos me decían que debía “hacerla”. Pasaron los minutos y sonó el molesto timbre de la última hora de clases, teníamos una grata clase de filosofía, con la profe que se caracterizaba por su hermosa voz de pito con falla.
Entramos a la sala de clases, y empezó la clase como siempre, esa fue la clase de filosofía más larga que pude haber tenido, el estado de ansiedad, los estados nerviosos, el pensar en que conversar cuando me enfrente cara a cara, el saber que nunca antes había besado a una mujer, el temor de quizás no atreverme a dar un beso, cosas que me hicieron eterna la clase. Niko me miraba y me decía constantemente – Despabila weón. Estas pegado- y contestaba lo típico - ¿ah?...-, el desviaba la vista y retomaba la atención a la clase, y yo seguía dando vueltas en el mismo pensamiento y estado nervioso, hasta que por fin o por desgracia se oyó el timbre de termino de clases, y comenzó el dolor estomacal.
Iniciamos la marcha hacia el bus, por suerte nos servía el mismo recorrido y éramos casi vecinos, conversamos las típicas cosas que son para interactuar por primera vez y aunque evitamos ser seguidos y observados por nuestros compañeros, nos fuimos casi todos en el mismo recorrido.
Ya llegaba la hora de bajarme del bus y no había sido capaz de dar un beso, hasta que me despedí y nos dimos un beso tímido y casi más cercano a la mejilla, me sentí tan, ingenuo, tan estúpidamente embobado, que llegue a la casa realice unos cuantos trabajos de estudio y dormí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario